En el marco de la 80° Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Gabriel Boric, participó activamente en el evento “From Nice to New York: Activating the High Seas Treaty”, donde se celebró la próxima entrada en vigor del Acuerdo sobre Biodiversidad más allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ). La actividad, que congregó a jefes de Estado, científicos y activistas, conmemoró el logro de las más de 60 ratificaciones necesarias para que el tratado se convierta en realidad.
Chile se consolidó como el segundo país a nivel mundial en ratificar este acuerdo. Con la firma de más de 60 naciones, se activó el proceso de implementación de este instrumento legal que busca impulsar la protección de los océanos y la conservación de la biodiversidad marina en aguas internacionales.
En este contexto, Boric compartió escenario con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, otras autoridades y actores de la talla de Harrison Ford.
En su intervención, el Jefe de Estado reafirmó el compromiso del país con el océano. “En Chile estamos unidos por la preservación de la biodiversidad marina y nuestro océano”, declaró el Mandatario.
El evento fue co-organizado por Chile, Francia, Costa Rica, Bélgica, la Unión Europea, la República de Corea y diversas organizaciones de la sociedad civil.
Por su parte, el presidente Macron detalló que “hoy somos 68 países con una total ratificación, con todos los procedimientos formales en Naciones Unidas. Es decir, en 120 días más el acuerdo entrará en vigor, esto será una realidad y será una tremenda oportunidad para gobernanza de los océanos”, aseguró.
Gobernanza oceánica
La celebración reunió a representantes de alto nivel de países que han ratificado el Tratado o planean hacerlo próximamente. La actriz y activista Sigourney Weaver también se unió a los líderes mundiales, destacando la importancia del momento.
“El Tratado de Alta Mar brilla como un faro de esperanza para el océano, para el multilateralismo y para nuestro compromiso colectivo con la ciencia, el estado de derecho, la transparencia y la inclusión”, declaró la artista.
El impulso para la rápida entrada en vigor del tratado se aceleró durante la 3ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, celebrada en Niza en junio de 2025. El 19 de septiembre de 2025, el 60º país depositó su ratificación ante la ONU, desencadenando la cuenta regresiva de 120 días. El tratado se convertirá en derecho internacional el 17 de enero de 2026.
Rebecca Hubbard, directora de la Alianza de Alta Mar, enfatizó la necesidad de mantener el impulso. “El liderazgo audaz que hemos presenciado hoy en esta sala de líderes debe continuar mañana, inspirando a más países de todas las regiones a ratificar y garantizando que el Tratado se convierta en un motor verdaderamente global para la protección eficaz de los océanos”, afirmó.
Chile postula a Valparaíso como sede
Chile no solo celebró la ratificación, sino que presentó una propuesta. El país lanzó una iniciativa BBNJ para crear una cartera dedicada a las áreas marinas protegidas bajo este acuerdo.
“Chile está profundamente conectado con el mar. Tenemos 7.600 kilómetros de costa, mucho que proteger. Por eso, en colaboración con más de 10 países y múltiples partes involucradas, Chile lanzó esta iniciativa”, explicó el Presidente Boric.
Además, Chile postuló oficialmente a Valparaíso como la sede del organismo de gobernanza del tratado. La propuesta incluye la creación de la primera área marina protegida en alta mar bajo el tratado: las cordilleras de Salas y Gómez y Nazca. Esta zona, extensamente estudiada, alberga una biodiversidad única con más de 200 nuevas especies descubiertas recientemente.
El Dr. Javier Sellanes, académico de la Universidad Católica del Norte, sostuvo que “la porción en aguas internacionales de las dorsales de Nazca y Salas y Gómez se perfila como una de las principales candidatas a nivel mundial para ser protegida. Esta zona ya es reconocida por la singularidad de su biodiversidad y por sus niveles récord de endemismo”.
Las cordilleras de Salas y Gómez y Nazca están formadas por alrededor de 110 montes submarinos que se extienden por casi tres mil kilómetros. El tratado proporciona por primera vez una base legal para salvaguardar la diversidad marina en estas aguas que, hasta ahora, carecían de una supervisión integral.