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Corales, arrecifes, moluscos, diversos peces, langostas y esponjas son algunos de los hallazgos encontrados por los investigadores. La zona, investigada por un grupo de expertos de la Universidad Católica del Norte, fue explorada por un robot submarino con capacidad para sumergirse hasta 4.500 metros. En tanto, los especialistas estiman años para corroborar los muestreos que descubrieron en el mar del país.
Por: Ana V. Hernández
Luego de dos expediciones realizadas entre enero y abril de 2024, un equipo de científicos de diferentes partes del mundo, entre ellos investigadores de la Universidad Católica del Norte, zarparon en el barco Falkor Too, del Schmidt Ocean Institute, con el objetivo de conseguir nuevas especies marinas provenientes de las costas chilenas.
La primera expedición se realizó entre el 8 de enero al 11 de febrero de 2024. El buque salió desde Valparaíso y recorrió los montes submarinos de las dorsales de Nazca y Juan Fernández. La segunda embarcación tuvo un recorrido por la Cordillera de Salas y Gómez y fue entre el 24 de febrero hasta el 3 de abril de este año.
Los investigadores encontraron una gran variedad de especies entre ellas las langostas, corales, esponjas, los erizos, crustáceos, moluscos, diferentes grupos de peces, entre otros.
Para el científico Javier Sellanes, líder de la primera expedición, estás embarcaciones superaron las expectativas tanto de manera personal como a nivel colectivo. “Cuando vas a estos sitios que son tan remotos, tan distantes, tan pocos explorados, obviamente siempre esperas encontrar especies nuevas. Pero quizás superó un poco las expectativas que teníamos nosotros”. Además, añade que “este número que uno dice '100 especies nuevas' es más o menos conservativo. Quizás si empiezas a indagar un poco más en otros grupos de animales que son más pequeños, más microscópicos —por decirlo así— probablemente este número se eleve mucho más de 100”.
Para la doctora en ecología y biología María de los Ángeles Gallardo existían altas probabilidades de encontrar nuevas especies. “Estas zonas han sido poco exploradas. Era sumamente probable encontrar especies nuevas, pero no a esta magnitud. Yo no me imaginé que tan profundo iba ser tan diverso”.
El Falkor Too
Antes de realizar las dos expediciones, el grupo de científicos presentó ante el Schmidt Ocean Institute, fundado por el ex director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, una propuesta para llevar a cabo estas investigaciones.
El procedimiento para postular consistía en presentar una prepropuesta y, posteriormente de ser aprobada, entregar una propuesta ampliada para ambos cruceros.
El Schmidt Ocean Institute es una fundación filantrópica que disponen de barcos con altas y avanzadas tecnologías para la comunidad científica.
Los científicos de Chile, Estados Unidos, Australia, Italia y Portugal se embarcaron a bordo del Falkor Too. “Es un barco más cómodo, más moderno. No es un barco nuevo, pero sí es un barco reacondicionado a nuevo”, señala Sellanes.
Gallardo asegura que la plataforma con la que realizaron las expediciones son avanzadas. “(El Falkor Too) es lo último en tecnología. Esa oportunidad no es tan frecuente. Hay todo el apoyo humano y todo funciona perfectamente”.
El buque de las expediciones contaba con un laboratorio principal de 105 m², siete áreas de investigación y un robot submarino que es capaz de sumergirse hasta 4.500 metros. En tanto, el Falkor Too mapeó cada una de las montañas investigadas por el equipo y, después, reconstruyó los resultados con una impresora 3D.
Posibles especies nuevas para la ciencia
Los científicos Sellanes y Gallardo concuerdan que este espacio geográfico es importante debido al ecosistema. Ambos destacan la diversidad que existe en este lugar y caracterizan la fauna de esta zona producto de los niveles de endemismos, ya que, posiblemente, estas especies sólo habitan en esta parte del planeta.
Los investigadores encontraron comunidades fotosintéticas a superficies profundas. “Esto quiere decir que tenemos animales autótrofos, que se alimentan de la energía de la luz. A mucha profundidad, a 200 o 300 metros”, dice la doctora Gallardo.
Uno de los animales encontrados y que se pudo visualizar en la transmisión en vivo por el canal de YouTube del Instituto es un pez que tiene como características la cabeza de globo y colores vibrantes como el rojo y el naranja.
“En la primera (expedición) como que no recolectamos uno de esos. Pero en la segunda sí, hablamos al respecto y recolectamos. Ahí recién con los ejemplares de esta segunda expedición vamos a poder corroborar si realmente es una especie nueva o no”, señala el profesor Javier Sellanes.
A modo personal, para la investigadora María de los Ángeles Gallardo uno de los animales que más la sorprendió fue el molusco gris con aletas grandes. “Cuando apareció este pulpo que se parece a Dumbo quedamos maravillados”.
En la misma línea, “lo otro que me llamó la atención fue el monte Solito. Este monte nos impactó a todos, porque era una riqueza. Era como un oasis en medio del desierto”, opinó la doctora Gallardo.
Asimismo, Sellanes indica que es necesario los ejemplares físicos para así realizarle las descripciones formales a las especies. “Muchas veces que son ejemplares así, que son medios carismáticos, bonitos, simpáticos, realmente dan cosas recolectarlos, porque obviamente nosotros somos científicos, lo hacemos de una forma responsable y con todos los permisos que corresponde, y si quieres describir una especie nueva necesitas tener ejemplares físicos”. También, agrega que “por más alta resolución que tenga esta cámara, el robot submarino, necesitas hacer análisis morfológicos, bajo lupa, quizás hacer una disección, ver anatomía interna, sacar muestra de ADN para comparar genéticamente y no lo puedes hacer sólo con la imagen”.
Arduo trabajo para corroborar las nuevas especies
Luego de que los científicos hallaran estos descubrimientos, los investigadores advierten el largo trabajo para corroborar que las especies efectivamente sean nuevas para la ciencia.
“Nosotros hablamos de potencialidad de nuevas especies, porque para aseverar hay que hacer un montón de cosas”, determina Gallardo.
“Es un trabajo lento y es abrumador todo lo que se viene. Empiezas a comparar con otras especies similares, empiezas a ver en base a los resultados tuyos en laboratorio de la parte morfológica, de la parte genética, si realmente las diferencias que nosotros encontramos justifican para proponer una nueva especie”, señala el científico Sellanes.
Tras los hallazgos que se encontraron en las costas del país, los integrantes de las embarcaciones determinan que se requiere de diversos recursos económicos para llevar a cabo las investigaciones fisiológicas y genéticas de las especies marinas y, además, aseguran que próximamente el proceso para determinar si las especies son nuevas para la ciencia puede demorar varios meses e incluso años.
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